Lectura Infantil
El Bosque de los Unicornios Brillantes

El Bosque de los Unicornios Brillantes

Érase una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques mágicos, dos hermanos llamados Sofía y Martín. Sofía tenía 8 años y era valiente y curiosa, mientras que Martín, de 7, era alegre pero algo tímido. Juntos pasaban sus días explorando los secretos del bosque cercano, soñando con aventuras extraordinarias.

Un día, mientras jugaban cerca de un arroyo, encontraron un sendero oculto entre los árboles. Las hojas del camino brillaban con destellos dorados, como si estuvieran bañadas en luz mágica. Intrigados, los hermanos decidieron seguir el misterioso sendero, sin saber que estaban a punto de vivir la aventura más increíble de sus vidas.

Caminaron durante un buen rato, hasta que llegaron a un claro donde el aire olía a flores dulces y la luz del sol parecía bailar entre los árboles. En el centro del claro, un unicornio blanco con un cuerno reluciente y alas doradas los observaba con ojos amables.

—Bienvenidos al Bosque de los Unicornios Brillantes —dijo el unicornio con una voz suave—. Solo aquellos con corazones puros pueden encontrar este lugar. Pero para permanecer aquí, deberán demostrar tres valores esenciales: bondad, honestidad y valentía. ¿Aceptan el desafío?

Los hermanos, fascinados y llenos de emoción, asintieron al unísono.

El Desafío de la Bondad
Aura, como se llamaba el unicornio, los condujo a un riachuelo donde un pequeño pájaro con un ala herida intentaba volar.

—Su primer desafío es ayudarlo —dijo Aura.

Sofía buscó hojas suaves para hacer un vendaje y las colocó con cuidado en el ala del pajarito, mientras Martín le ofrecía un poco de pan de su bolsillo. El pajarito trinó feliz y, aunque no podía volar todavía, parecía agradecido y en paz.

El Desafío de la Honestidad
Más adelante, encontraron un árbol lleno de manzanas doradas que brillaban como el oro.

—Estas manzanas son valiosas —dijo Aura—, pero pertenecen al bosque. Decidan sabiamente qué hacer.

Martín miró las manzanas, tentado de llevarse una, pero Sofía le recordó:

—No debemos tomar lo que no nos pertenece.

Ambos decidieron dejarlas en el árbol, y al hacerlo, el bosque pareció volverse aún más hermoso y brillante.

El Desafío de la Valentía
Finalmente, Aura los llevó a un puente de cristal que cruzaba un río profundo y veloz.

—Solo podrán cruzar este puente si confían en ustedes mismos y trabajan juntos —dijo Aura.

Sofía, valiente como siempre, tomó la mano de Martín y le dio ánimo para avanzar. Martín, aunque temeroso, confió en su hermana y juntos lograron cruzar el puente con cuidado y determinación.

El Regalo del Unicornio
Al superar los tres desafíos, Aura les sonrió con orgullo.

—Han demostrado que sus corazones son verdaderamente puros. Por eso, el Bosque de los Unicornios Brillantes siempre estará con ustedes, no importa dónde vayan.

Con un suave batir de sus alas, el unicornio lanzó un polvo brillante sobre ellos. Cuando los hermanos abrieron los ojos, estaban de vuelta en el bosque cercano a su pueblo, pero en sus manos encontraron dos plumas doradas, símbolo del Bosque y de los valores que habían demostrado.

Desde aquel día, Sofía y Martín vivieron recordando las enseñanzas del unicornio, compartiendo con los demás la importancia de la bondad, la honestidad y la valentía.

Y así, vivieron felices y llenos de magia por siempre jamás.

FIN

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *