
El Reino de la Selva y el Gran Consejo de la Amistad
Érase una vez, en el corazón de una selva vibrante y llena de vida, un lugar mágico llamado el Reino de la Selva. Allí vivían animales de todas las especies: desde los majestuosos leones hasta los pequeños colibríes. A pesar de sus diferencias, todos los habitantes tenían un profundo respeto por la naturaleza que los rodeaba y, sobre todo, entre ellos mismos.
En este reino vivía una pequeña elefanta llamada Lila, conocida por su bondad y curiosidad, y su mejor amigo, un travieso mono llamado Tito, que siempre encontraba la manera de hacerla reír. Aunque Tito era muy ágil y veloz, Lila, con su gran tamaño, a menudo se sentía torpe y lenta. Sin embargo, Tito siempre le recordaba:
—Lila, todos somos diferentes, pero juntos somos más fuertes.
Una mañana, un águila mensajera sobrevoló la selva con un anuncio urgente:
—¡Escuchen todos! Una gran sequía amenaza el Reino de la Selva. Si no encontramos una solución, el río se secará y todos sufriremos. Convoco a un Gran Consejo de la Amistad para resolver este problema.
Lila y Tito, emocionados, decidieron asistir al consejo junto con muchos otros animales. El consejo se celebraría en la Gran Piedra, un lugar sagrado donde todas las criaturas se reunían para discutir temas importantes.
Cuando llegaron, la escena era impresionante: el león, como rey de la selva, estaba sentado al centro, rodeado por representantes de cada especie. Había jirafas, cebras, tortugas, loros, e incluso las pequeñas hormigas habían enviado a su líder.
El león rugió suavemente para iniciar la reunión:
—Estamos enfrentando un desafío que requiere el esfuerzo de todos. No importa si son grandes o pequeños, cada uno tiene algo valioso que aportar.
Los animales comenzaron a proponer ideas. El loro sugirió buscar agua en una cueva lejana, pero las tortugas dijeron que era demasiado lejos. El antílope pensó en cavar un pozo, pero las hormigas señalaron que tomaría mucho tiempo. Tito, siempre inquieto, susurró a Lila:
—¿Y si usamos nuestras diferencias para trabajar juntos?
Lila, inspirada, levantó su trompa y habló por primera vez en el consejo:
—¡Tengo una idea! Si cada uno hace lo que mejor sabe hacer, podemos lograrlo juntos. Por ejemplo, las aves pueden volar y buscar agua desde el cielo, las hormigas pueden excavar túneles para alcanzarla bajo tierra, y los animales fuertes como los elefantes podemos cargar agua de un lugar a otro.
Hubo un murmullo entre los animales, y pronto todos estuvieron de acuerdo. El león asintió con orgullo.
—¡Es una excelente idea, Lila! Mostremos al Reino de la Selva que la verdadera fuerza está en el compañerismo y la unión.
Así comenzó la gran operación. Las águilas y loros volaron lejos, buscando señales de agua. Las hormigas trabajaron incansablemente para cavar pequeños túneles que llevaran el agua hasta el río seco. Mientras tanto, Lila y los demás elefantes usaron su trompa para transportar agua de un pozo cercano. Tito y los monos ayudaron desde las copas de los árboles, moviendo ramas para crear sombra y mantener a todos frescos mientras trabajaban.
Pasaron días de arduo esfuerzo, pero finalmente, el río comenzó a llenarse nuevamente. Los animales, agotados pero felices, celebraron juntos. El león rugió para dar un mensaje final:
—Hoy hemos demostrado que, aunque somos diferentes, cuando trabajamos en equipo y respetamos nuestras habilidades, no hay desafío que no podamos superar.
Desde ese día, el Reino de la Selva no solo fue conocido por su belleza, sino también como un lugar donde reinaban la amistad, el compañerismo y la inclusión.
Y así vivieron felices, aprendiendo que, en la diversidad, está la verdadera fuerza.
FIN